Curioso es sentir el primer día de labores como una válvula de escape.
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Hay minucias de la escuela que nunca aceptaré. Ayer, por ejemplo, la directora me pidió que buscara las efemérides para el homenaje (Aaaggghhh). Qué desdicha. De pronto, todo se volvió la batalla de Churubusco, la muerte de Trotsky, la creación del Archivo General de la Nación, el nacimiento de Borges. Aquello fue soporífero. Recordé himnos, bandera, escolta, no sé, todo volvió. Minucias, pues.
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Hay minucias de la escuela que nunca aceptaré. Ayer, por ejemplo, la directora me pidió que buscara las efemérides para el homenaje (Aaaggghhh). Qué desdicha. De pronto, todo se volvió la batalla de Churubusco, la muerte de Trotsky, la creación del Archivo General de la Nación, el nacimiento de Borges. Aquello fue soporífero. Recordé himnos, bandera, escolta, no sé, todo volvió. Minucias, pues.
Este primer día de clases empezó incómodo, por mi dependecia del maestro que me llevó en su automóvil a la escuela (es aparatoso vincularse al ritmo de alguién más). Sin embargo, todo marchó bien. Fuera del frío en los pies, nada de que arrepentirse. Llevé un par extra de calcetines en la mochila. Pero, bueno, hay ocaciones...
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Nota cardinal: una maestra, amable mujer (espero que se note la inronía), tiene un problema. Resulta que además de sus horas en nuestra secundaría técnica, tiene otro trabajito; así que anda en la búsqueda de alguien que le cubra sus horas, no importa el perfil, no, eso es lo de menos; si es éticamente viable, no, tampoco importa; lo verdaderamente importante, es que no renuncie a su otro trabajo (bien remunerado). Como dice mi vecina: “tronco de profesora”.
Ya no sé qué escribir. El día fue insustancial. Pero no me quejo.
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Nota cardinal: una maestra, amable mujer (espero que se note la inronía), tiene un problema. Resulta que además de sus horas en nuestra secundaría técnica, tiene otro trabajito; así que anda en la búsqueda de alguien que le cubra sus horas, no importa el perfil, no, eso es lo de menos; si es éticamente viable, no, tampoco importa; lo verdaderamente importante, es que no renuncie a su otro trabajo (bien remunerado). Como dice mi vecina: “tronco de profesora”.
Ya no sé qué escribir. El día fue insustancial. Pero no me quejo.
Tengo que hacer mi plan anual, la dosificación, la jerarquización (eso me dijo el jefe de enseñanza, seguimos en las mismas), desarrollar los “proyectos”.
Mañana llevaré puestos (ojo) dos pares de calcetines. También algo para leer, Ucello de Jorge Esquinca. Mi desayuno será escaso mañana. Pero bueno, ya lo sé, me maquinizo. Debo pensar en otras cosas, en estos últimos días me he pasado casi todo el tiempo pensando en la escuela, sólo en la escuela. No es normal. Estoy enfermo de fijación.
Mañana llevaré puestos (ojo) dos pares de calcetines. También algo para leer, Ucello de Jorge Esquinca. Mi desayuno será escaso mañana. Pero bueno, ya lo sé, me maquinizo. Debo pensar en otras cosas, en estos últimos días me he pasado casi todo el tiempo pensando en la escuela, sólo en la escuela. No es normal. Estoy enfermo de fijación.
Veamos, mientras escribo esto, me llegan noticias del huracán Dean. Estamos en alerta amarilla. Por el momento llueve despacio. Sin embargo, no me preocupa.
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19:34 p.m.y 20 de agosto de 2007
5 comentarios:
Vaya, no has escrito nada desde el martes antepasado
Hoy en la noche trascribiré mis notas.
"transcribiré"
¿cUÁNDO, NO HAS DICHOOO?
Disculpen la tardanza, es que el trabajo fue más abarcador de lo que tenía pensado. Viernes cuelgo todo.
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