domingo, 2 de septiembre de 2007

De regreso a Babel

El huracán Dean no tocó Chiapas. Falsa alarma.
Hoy fue un día negro. Mejor dicho una mañana negra. Y no es metáfora.
Por el momento busco una alternativa que me permita emplear menos palabras.
Me fui somnoliento. Creí que no finalizaría de pie mis horas de trabajo. Pero ya, el sueño se fue.
No tengo palabras (tal vez no quiero tenerlas) para describir este día. Pero como escribió René Char: “Algunos días no hay que temer nombrar las cosas imposibles de describir.”

Cómo decir entonces, describir, ah, recuerdo el día de hoy como algo que no se prefigura en mi experiencia por medio de lo vivido, sino de lo aprendido, aunque me dirán los empiristas que lo uno lleva a lo otro. Quiero decir, que encontré en esa escuela una posibilidad de refugio (y no es muy pronto para afirmar eso), no hablo desde una pura demagogia, más bien hablo de un lugar donde atrapar ciertos encuentros cognositivos.
Por lo pronto quiero ir despacio, lento, acumular tiempo, atrasarme con respecto del mundo “liquido” de la modernidad (Zygmunt Bauman).

Seguramente, para algunos, trabajar sin rumbo puede ser un martirio. Yo, que no tengo un plan, ni programa, ni manual que me indique por donde debo avanzar, veo este hecho como una posibilidad para ser creativo. La desventaja es buena para mí. No sufro, me relajo, sólo sé que de Primer año el proyecto inicial trata sobre mitos y leyendas. La “enseñanza-aprendizaje” fluirá de manera natural.
Pero hablando ya de contenido, de lo que logré recordar para relacionar el mito con algún concepto tsotsil similar que creara un encuentro entre los alumnos y yo, fue traer a cuenta el término wo, que según Calixta Guiteras Holmes (Los peligros del alma. Visión del mundo de un Tzotzil) sería algo así como la "palabra que viene de los antepasados". Pero los alumnos me dijeron que wo significa “hacia atrás” o “pasado”. En clase fue magnifico, logramos un entendimiento (aquí no me pondré escéptico). El mito y las narraciones wo si bien no son lo mismo, sí se complementan. Claro, no hablo de mito como algo ficticio, sino que su definición vine de las ideas de Claude Lévi-Strauss y Paul Ricœur.
Por eso creo, sólo creo (ahora sí me vuelve lo escéptico), que me pude dar a entender mejor hablando, por momentos, en el plano del léxico, en tsotsil. Nació una comunicación más cercana. Además, dije que en la clase tienen cabida todas las lenguas. Comenté, también, que la asignatura ya no sería español, sino lenguas, la intención fue que nadie se piense excluido. Así que yo llevo mi lengua y ellos la suya, y las anudamos y, qué bueno, de pronto el salón se convirtió en una suerte de Babel escolar en la cual, de alguna forma (no sé cómo) encontramos el modo para comunicarnos.


23 de agosto de 2007

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