viernes, 18 de abril de 2008

Desventuras del profesor que escribe

[poca habilidad acomodaticia hacia el final de la clase]

Todo había marchado bien ese día.
El salón estaba limpio y yo
no más fresco
que una ensalada César.
Escribí poco, pensé menos.
Hablo de algo que podría llamarse
una armonía funcionalista.

Pero, como lo indica
el lugar común: "nada está dicho".

Último módulo: la fuerza
de gravedad hizo lo propio: la silla
fue vencida por mi poca habilidad
acomodaticia: al suelo mi humanidad
blandengue puso el punto sobre
las íes en el rostro soporífero
de mis alumnos.

Curioso, no sobrevinieron las risas
descontroladas, sino la mera
perplejidad de los ahí presentes.
Hasta hubo quien dijo: "...se lo tragó la tierra
al profe".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vaya profesor. Buscando a Mafalda me encontré con su desventuroso contacto con la Madre Tierra. Ojala no haya sido doloroso dicho encuentro.